La voz es considera un instrumento musical, bien, pues las catedrales también lo son; funcionan como una caja reverberante capaz de matizar o profundizar el sonido de las y los cantores, nunca se escuchará igual un coro dentro de catedral que fuera de esta.
Existen pocos estudios que abordan la arquitectura desde la música o viceversa, pues para ello es necesario un análisis interdisciplinario. Sin embargo, no es necesario un exuberante estudio para decir que la iglesia católica es un espacio hecho para la palabra, su cúpula, sus paredes de piedra, todos estos elementos propicios para una bella sonoridad crean un aura de paz e incluso de éxtasis desenfrenado como se planteaba en los primeros años de su historia. Si bien las iglesias son majestuosas a la vista, como muchos cantantes corales afirman, también son un generador de resonancias impresionante. La arquitectura de las iglesias no sólo permite que una voz o un conjunto de voces puedan ser escuchadas por muchas personas en tiempo real, sino que a través de la resonancia que se refleja en superficies idóneas, esas personas son envueltas por melodías generadas para la sublevación espiritual.
En Europa los eventos culturales con público en vivo están regresando a una nueva normalidad, entre ellos están las presentaciones de grupos corales, sobre todo en Inglaterra donde hay una larga tradición enfocada en la música de catedral y de dónde son tres de los cuatro ensambles que se presentarán en el Cervantino: Stile Antico, The Gesualdo Six y VOCES8. A través de Live from London, un festival online que reúne lo mejor de la música coral del mundo y que estará en el FIC, el público mexicano podrá disfrutar de cuatro ensambles corales muy diferentes entre sí y que ofrecerán una gran variedad de piezas de este género desde obras de la antigua tradición inglesa hasta rolas de Witney Houston, así de versátiles. Este programa incluye también a coro de San Francisco, Chanticleer, quienes han estado muy activos durante la pandemia y han mantenido contacto con sus seguidores, a través de Instagram, por ejemplo.
Actualmente todos los coros han tenido que tomar medidas mucho más estrictas que cualquier otro ensamble musical. ¿Y por qué? Porque el canto expide muchas partículas de quienes cantan, partículas que en lugares cerrados pueden ser peligrosas. Para dimensionar cómo funciona esto en una iglesia el profesor Ripenstein de la Universidad de California describe esta difusión como un aroma: “Si alguien del otro lado de tu casa empieza a hornear galletas con chispas de chocolate, eventualmente olerás el aroma.” Y esa es la sonoridad que genera la música coral en una iglesia, como una casa envuelta por el delicioso aroma de un postre recién horneado. Afortunadamente para todos, ese aroma coral nos llegará a través de la ventana virtual del Cervantino desde Londres, sin ponernos en riesgo y acercándonos la majestuosidad de la iglesia St Anne & St Agnes la sede de Live from London, el festival online que reúne a lo mejor de la música coral del mundo y que será parte del Cervantino.
¿Cómo empezamos a cantar en las inglesias en vez de solo rezar?
Culturalmente las catedrales y las iglesias son espacios reconocidos por dedicarse a la veneración monoteísta, por ende, la música que la mayoría relaciona con ellas es la sacra, en particular aquella en la que un grupo de jóvenes cantan alabanzas en latín mientras miran al cielo. El origen de este tipo de música, la música coral, remite a los cantos judíos del 70 d.C., en Occidente los cristianos se apropiaron del canto, lo cual provocó que fuera un género exclusivamente sacro. La música al igual que la pintura nació de los rituales místicos/mágicos. No es casualidad que la canción más antigua de la que se tiene registro sea Hymn to Creation, una pieza litúrgica mesopotámica. De esta tradición primitiva se alimentó la judía, donde al principio el canto formaba parte de los rituales de sacrificio y después cambió a una cuestión comunitaria, en la que el hazzan (cantor) recitaba las oraciones en nombre de toda la congregación.
Cuando llegó a México el coro, esta tradición se convirtió en otra estrategia pedagógica para colonizar, la cual inició a la par que la construcción de templos cristianos. Actualmente se piensa que la música de catedral (traducido literalmente del término en inglés) pertenece a la alta cultura, que es aburrida incluso; pero en la época colonial de México, en ese entonces Nueva España, la música coral formaba parte de un sistema si bien evangelizador, también de entretenimiento y de espectáculo, ya que en el siglo XVI la parte coral de una misa era lo que atraía a los feligreses a las iglesias y no la ceremonia en sí, pues ésta a diferencia del resto de la misa se cantaba en la lengua local en vez de en latín.
Que en algún tiempo haya servido la música coral como forma de entretenimiento no es una característica que se limite a su tradición en América, sino también a sus inicios. Cuando la iglesia cristiana se apropió de los ensambles corales fundó la Schola Cantorum que en su comienzo tenía el objetivo de generar un embeleso desmedido, así como la demás ceremonia; fue hasta el Papa Gregorio cuando este carácter de la música de catedral transmutó a un mesurado rezo.
El canto ha estado íntimamente relacionado con la adoración y la sublevación, al mismo tiempo que con la construcción de una identidad tanto individual como comunitaria, características que permean en el propósito de las iglesias. Los coros han demostrado generar un sentido de colectividad entre sus integrantes, pues a partir de las canciones conectan con quienes cantan, al mismo tiempo que con el público. Además, desencadenan entre ellos una consciencia sobre la experiencia de vida de las demás personas.
A partir de este breve recorrido por el deleitable acústico de las iglesias y la sensación de pertenencia que genera el canto, podemos decir que la música coral no es sólo un espacio de alabanza ni una actividad aburrida de las religiones, sino una de disfrute humano, un sitio de reflexión y generación colectiva. La música coral es para nosotros, así que disfrutémosla.
Te dejamos estas cuatro propuestas para que te acerques con paso firme a la música coral.
VOCES8 sing May it Be (Enya/Lord of the Rings)
There is a flower, music by John Rutter The Gesualdo Six, directed by Owain Park Filmed at St James Sussex Gardens, London.
Chanticleer sings a cover of “Distance” by the R&B/soul singer Emily King.
Stile Antico. Recorded live in concert at the Wigmore Hall on 30th May 2013 and later broadcast by Sky Arts. Video reproduced in YouTube by kind permission of the Wigmore Hall.