La Bruja de Texcoco es Octavio Mendoza, un músico travestido que descubrió su feminidad en una noche chamánica y se plantó en el escenario asumiendo su identidad. La Bruja de Texcoco retoma lo clásico de los ritmos precolombinos y la estética del travestismo de culturas indígenas, su talento y sensibilidad la llevan más allá de la extravagancia folclórica. En el Cervantino interpretará canciones populares latinoamericanas compuestas por Ernesto Duarte y Violeta Parra, además de piezas de su autoría como Té de malvón y Suite aquelarre, dos elogiadas obras que se encuentran en su disco De brujas, peteneras y chachalacas.
La cultura del travestismo indígena:
La estética travesti que usa La Bruja viene de la cultura del tercer género, propio de algunas comunidades indígenas como los muxe de la región zapoteca de Oaxaca y los maringuía, purépechas de Michoacán.
Los muxe pertenecen a una tradición de la región de Itsmo en donde se considera un tercer género; el papel principal que deben tomar es el de cuidar del hogar mientras el hombre trabaja en el campo o en el mar y la mujer vende en el mercado. Aunque, actualmente están rompiendo con esa asignación de tareas, asumiento un rol más libre y autodeterminado.
La Bruja es física por el Instituto Politécnico Nacional, es intérprete y compositora de música folclórica mexicana y es maestra del DIF.
Té de Malvón, es una canción de La Bruja de Texcoco: un té de malvón sirve para aliviar el dolor de garganta. De acuerdo con las abuelas, el té ayuda también a decir las cosas que te causan dolor y así te libera.
La Bruja de Texcoco es Octavio Mendoza. Ella es originaria de Ciudad de México, es música por convicción desde hace 20 años. Amante de la transfeminidad y de la tradición mexicana. Nace en Texcoco entre rituales, conchas de armadillo y la profundidad de la noche: “yo no encontré a La Bruja, ella me encontró a mi”.
Sin vergüenza me presento
firme con mi huipil
que tiene colores mil
y palabras hacia el viento.
Es un proyecto musical y de performance que nace al rechazar la masculinidad en la música mexicana, se apropia de ella y la lleva a desarrollarse en situaciones extravagantes, llenas de feminidad, huipiles, máscaras y lentejuelas.
Su primer disco De brujas peteneras y chachalacas, con música original y arreglos propios, retrata las transfeminidades en la tradición mexicana a partir de sus propias vivencias. Fue producido por el músico Luis Pérez Ixoneztli y se encuentra ya en plataformas digitales, además de incluir un vídeo el cual fue recomendado por Lila Downs.
En el año 2019 realizó su primera gira internacional como solista titulada Brupecha “haré magia para ti”. Visitó diferentes ciudades de países como Francia, Alemania, España, Portugal y Holanda.
“La Bruja de Texcoco es una joven de 30 años, alta, enorme, con el pelo larguísimo y negro, barba meticulosamente arreglada, viste de tehuana y se maquilla de manera ostentosa para las fotos de la entrevista con Newsweek México. Entre instrumentos de cuerda, arpas, violines, jaranas y fotos de María Félix, Octavio da vida a su proyecto de música. La Bruja de Texcoco rompe el paradigma del intérprete”.
- Antonio Cruz. Newsweek.
“De brujas, peteneras y chachalacas se desarrolla con una parsimonia notable (los temas no bajan de los seis minutos de duración); por momentos bella, por momentos oscura. No hay intentos de mostrar una novedad arbitraria o una puesta al día de tradiciones como las del son istmen?o o de ritmos menos conocidos como la foli?a portuguesa, sino un cuidado paciente de sus materiales que, paradójicamente, hace que aparezcan sorpresas y luces por todo el camino”.
- La Tempestad
“Y así, enchilado, el vendaval (La Bruja) se levanta y camina hacia el centro de la cantina, justo frente a una ilustración del artista Gabriel Macotela. Se acomoda el violín en el cuello, sonríe con picardía y entonces regresa la voz de entre las cavernas, del interior del bosque que la viera nacer a sus 24 años: Yo soy La Bruja de Texcoco y les voy a tocar una canción"
- Ollin Velasco. VICE.